Por
la mañana la gente entra a la libreria
con
olor a piscina,
a
mar,
a
protector solar.
Con
olor a verano.
Siempre
entran con prisa,
como
si fueran a perderse el día completo
por
elegir durante unos minutos un libro que,
paradojicamente, los relaje
En
cambio por la tarde,
por
la tarde huelen a shampoo,
a
colonia,
a
café de merienda.
Entran
con otra tranquilidad,
como
si las pocas horas de luz que quedan fueran eternas.
Consultan,
leen, se dejan enamorar por las portadas.
Hasta
se dan el lujo de "pensárselo"
y
volver luego.
Podría
reconocer la hora del día
solo
con el olfato.
Esta canción me huele siempre a verano (ademas es una de mis favoritas)
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